Gemas malditas: mito y procedencia

Gemas malditas: mito y procedencia

Las gemas y piedras preciosas son objetos que han fascinado al ser humano desde la antigüedad. Se les ha atribuido todo tipo de propiedades mágicas, protectoras y curativas, pero también se les ha asociado con maldiciones, desgracias y muertes. ¿Qué hay de verdad y de leyenda en estas historias? ¿De dónde proceden estas joyas malditas y por qué se cree que tienen un poder maligno? Hoy te contamos la historia de 2 gemas a las que se atribuyen estos poderes. 

El Diamante Hope 

Es quizá la gema más temida y famosa del mundo. Se trata de un diamante azul de 46 quilates y 9 gramos que actualmente se exhibe en el Smithsonian Institute de Washington D.C Su origen se remonta a la India, donde se cree que fue extraído de la mina Kollur y tallado por un dios del sol hindú. Según el mito, este diamante formaba parte de una estatua de la diosa Sita, pero fue robado por un sacerdote que más tarde sería torturado hasta morir. 

Desde entonces, el diamante ha pasado por muchas manos, dejando un rastro de desdichas y tragedias. Entre sus antiguos propietarios se encuentra Jean-Baptiste Tavernier, un comerciante francés que murió devorado por lobos tras arruinarse; Luis XIV y Maria Antonieta, guillotinados durante la Revolución Francesa; la princesa Lamballe, que murió asesinada por una muchedumbre; Jacques Colot, un banquero que acabó suicidándose por problemas mentales; Surbaya, un príncipe indio que fue apuñalado por su amante, a quien le regaló el diamante; o Lord Francis Hope, cuya familia da nombre a esta pieza y se arruinó y divorció.

El último propietario de esta gema fue Harry Winston, un joyero americano que lo donó en el año 1958 al Smithsonian Institute. Desde entonces, nadie se ha atrevido a poseerlo o llevarlo puesto. 

La Perla Peregrina 

Es una de las perlas más grandes y hermosas del mundo. Tiene forma de pera y pesa alrededor de 11 gramos. Su origen se da en las cosas de Panamá, donde fue encontrada por un esclavo del siglo XVI para ser entregada más adelante al rey Felipe II de España, quien la incorporó a las joyas de la Corona. 

La perla pasó por varias reinas españolas, cómo Isabel de Valois, Margarita de Austria o Mariana de Austria. También fue propiedad de José Bonaparte, quien la robó tras su invasión a España. Más tarde, la perla fue recuperada y heredada por Isabel II, quien la vendió durante su exilio en París. 

En 1969, la pieza fue adquirida por Richard Burton, quien se la regaló a su esposa Elizabeth Taylor como prueba de amor. La actriz lució la perla en varias ocasiones, pero también sufrió muchos percances con ella. Una vez la perdió en una alfombra, y en otra ocasión la perdió en el mar mientras nadaba. Tras la muerte de Taylor, la perla fue subastada y adquirida por un comprador anónimo por una cantidad superior a los 11 millones de dólares.  

Parece ser que esta gema está destinada a viajar por todo el mundo, sin ser propiedad de nadie, y todos los que la poseen están destinados a venderla, o en el peor de los casos, perderla. 

Estos son sólo algunos ejemplos de las joyas malditas que existen en el mundo. Aunque no hay ninguna prueba científica que demuestre su poder maligno, hay personas que prefieren evitarlas y otras que se sienten atraídas por ellas. ¿Tú qué opinas? ¿Te atreverías a poseer alguna de estas joyas? 

Todos los comentarios

Deja una respuesta